martes, 27 de julio de 2010

Amanecer-Libro3-Bella-Cap. 9 Planes de viaje

9. PLANES DE VIAJE

Me tomé mucho más en serio los mitos desde que empecé a se vampiro.
Siempre, cuando yo miraba hacia mis tres meses como inmortal, imaginaba como el hilo de mi vida dependía del Destino – ¿quien sabría pero y si existía realmente? Yo estaba segura de que el hilo debería haber cambiado de color – aunque probablemente empezase como un agradable beige, algo compasivo y claro- polémico, algo que parecería bueno en segundo plano. Ahora sería de un vivo carmesí o quizás un brillante dorado. (hay que entender que hace una metáfora con los hilos de la vida que forman una tapiz o algo así)
El abrigo de la familia y amigos que me rodeaban juntos era algo intenso y hermoso, lleno de sus brillos, de colores complementarios.
Estaba sorprendida por alguno de los hilos que se habían incluido en mi vida. Los hombres-lobo, con sus profundos y marrones tonos, era algo que no había esperado; Jacob, por supuesto, y Seth, también. Pero mis viejos amigos Quil y Embry formaron parte de la tela cuando se unieron a la manada de Jacob y hasta Sam y Emily eran amables. Las tensiones entre nuestras familias se aliviaron, sobretodo gracias a Renesmee. Es tan fácil quererla.
Sue y Leah Clearwater se unieron en nuestras vidas también- dos más que no habría imaginado.
Sue parecía haberse tomado como algo propio suavizar el proceso de hacerle creer a Charlie este mundo. Vino con él a ver a los Cullens la mayor parte de los días aunque nunca parecía sentirse cómoda de la misma forma que su hija y la mayor parte de la manada de Jake. 
No hablaba con frecuencia, merodeaba de forma protectora cerca de Charlie. Siempre era la primera persona a la que él miraba cuando Renesmee decía algo muy atrevido – lo cual era muy frecuente. Como respuesta, Sue miraría a Seth, cargada de significado como si dijese, “Sí, cuéntame”
Leah esta siempre menos cómoda que Sue y era el único miembro de nuestra nueva familia ampliada que era más hostil a la fusión. Sin embargo, ella y Jacob tenían una nueva camarería que la había acercado a todos. Yo le pregunté a él una vez, vacilante; no quería entrometerme pero la relación era tan diferente del modo como solía ser que me despertaba curiosidad. Se encogió de hombros y me dijo que eran un paquete. Ella estaba de segundo comando ahora, su “beta.”
Lo había llamado así mucho tiempo atrás.
“Me figuré que tardaría en ser su Alfa real” Jacob explicó “Mejor forzar las formalidades”
La nueva responsabilidad hacía que Leed sintiese la necesidad de etiquetarle siempre y desde que él estaba siempre con Renesmee..
Leah no era feliz cerca de nosotros pero era la excepción. La felicidad era el principal componente de mi vida ahora, el patrón dominante del tapiz. Tanto que mi relación con Jasper era mucho más cercana de lo que yo nunca habría soñado que fuese.
Al principio era de verdad enojante, supongo.
“¡Ay!” me quejé a Edward una noche después de que nosotros pusiéramos a Renesmee en su cuna de hierro. “Si no he matado a Charlie o Sue todavía no creo que lo haga nunca. Desearía que Jasper dejase de rondarles todo el rato”
“Sin duda, Bella, un poco” me aseguró. “Sabes como Jasper es – no puede resistir un buen ambiente emotivo. Tu estás tan feliz todo el tiempo que se siente atraído hacia ti sin pensarlo”
Y entonces Edgard me abrazaba con fuerza, porque nada le agradaba más que mi incontenible éxtasis de esta nueva vida.
Y yo estaba eufórica la mayor parte del tiempo. Los días no eran lo suficientemente largos para poder adorar a mi hija, las noches no eran lo suficientemente largas para satisfacer mi necesidad de Edward.
Había un ambiente enorme de alegría. Si la tela de nuestras vidas se sacase, imaginaba que el diseño era un fondo de lúgubres grises, llenos de dudas y miedo.
Renesmmee dijo su primera palabra cuando tenía exactamente una semana. Su palabra fue mamá, que hizo que fuese mi día, a excepción de que estaba muy asustada por su progreso, tanto que forcé mi cara congelada para devolverle la sonrisa. No me ayudó que pasase de su primera palabra a su primera frase en el mismo suspiro.
“¿Mamá, dónde está el Abuelo?” preguntó en un claro, alto soprano, solamente muy alto porque yo estaba cruzando la habitación hacia ella. Ella ya había preguntado a Rosalie, usando su normal (o preocupantemente anormal, desde otro punto de vista) método de comunicación. Rosalie no había respondido su pregunta sí que Renesmee se había dirigido a mi.
Cuando caminó por primera vez, sólo fue tres semanas después, fue parecido. Ella simplemente estuvo de pie frente a Alicia durante un tiempo largo, mirando con intensidad como su tía arreglaba ramos en los jarrones colocados a través de la habitación, danzando hacia arriba y abajo a través de la sala con sus brazos llenos de flores. Renesmee se sostuvo en sus pies, ni siquiera un poco temblorosa, y cruzó el piso casi con gracia.
Jacob había aplaudido porque era claramente la respuesta que Renesmee quería. La forma que se había vinculado a ella hacía de sus propias reacciones algo secundario; su primer reflejo era siempre darle a Renesmee cualquier cosa que quisiese. Pero nuestros ojos se encontraban, y yo vi todo el pánico mío reflejado en ellos. Hice que mis manos palmeasen juntas, también, intentando esconderle mi miedo. Edgard aplaudió calladamente a mi lado, y nosotros no necesitamos hablar sobre nuestros pensamientos para saber que eran los mismos.
Edgard y Carlisle estaban en plena búsqueda, buscando alguna respuesta, algo que esperar. Había muy poco que encontrar, nada verificable.
Alice y Rosalía solían empezar nuestro día con un pase de moda. Renesmee nunca vestía las mismas ropas dos veces, en parte porque le quedaban pequeñas casi enseguida y por otro lado, porque Alice y Rosalie estaban creando un álbum de bebé que parecía avanzar años en vez de semanas. Ellas tomaban cientas de fotos, documentando cada fase de su infancia acelerada.
A los tres meses, Renesmee podía haber sido una niña grande de un año o una pequeña de dos. No tenía la forma de un niño pequeño; era más grande y más graciosa, sus proporciones eran casi como las de un adulto. Sus rizos de bronce colgaban por su cintura; no podía cortárselos hasta que Alice lo hubiese permitido. Renesmee podía hablar con una mala gramática y articulación pero raramente las dos cosas, prefería solamente mostrarse simple con las personas que ella quería. No podía sólo caminar, también correr y bailar. Podía también leer.
Había estándole leyendo a Tensión una noche, porque el flujo y el ritmo de esa poesía parecía apacible (tenía que buscar constantemente nuevo material; a Renesmee no le gustaba repetir sus historia de la hora de dormir como otros niños supuestamente hacía y no tenía paciencia para los dibujos de los libros). Alcanzaba a tocar mi mejilla, la imagen en su mente era nuestra, solamente con ella sosteniendo el libro. Se lo daba a ella, sonriendo.
“Hay música aquí” leyó con vacilación“ tan suave caen los pétalos desde las agitadas rosas a la hierba, o las gotas de rocío entre las pareces de granito, en un reluciente paso”
Mi mano era robótica cuando yo devolví el libro.
“Si lees, ¿cómo podrás dormirte?” Pregunté con una voz que apenas temblando.
Por los cálculos de Carlisle, el crecimiento de su cuerpo iba gradualmente más despacio; su mente continuaba elevándose. Hasta si el ritmo de crecimiento se mantenía como hasta hora sería una adulta en no más que cuatro años. 
Cuatro años, Y una anciana con quince.
Sólo quince años de vida.
Pero ella estaba tan sana… Vital, fuerte, creciendo y feliz. Su llamativa buena forma me hacía estar contenta con ella en el momento y dejar el futuro para mañana.
Carlisle y Edward discutían nuestras opciones para el futuro desde todas las partes con voces altas que intentaba no escuchar. Ellos nunca tenían esas discusiones cuando Jacob estaba alrededor porque había un método seguro para parar el crecimiento y no era algo que le alegrara a Jacob. Era ¡tan peligroso!, mis instintos me gritaban. Jacob y Renesmee se parecían de varias formas, ambos medio ser y no ser, dos cosas al mismo tiempo. Y todas las tradiciones de hombres lobo insistían que la ponzoña de vampiros era una sentencia de muerte más que un medio de inmortalidad.
Carlisle y Edgar se habían cansado de buscar desde la distancia y ahora nosotros estábamos preparando seguir las viejas leyendas desde sus orígenes. Íbamos a volver a Brasil, estar ahí. Los Ticunas tenían leyendas sobre niños como Renesmee… Si otros niños como ella habían existido, quizás alguna historia de la fugaz vida de los niños medio morales persistía.
La única pregunta que dejábamos era exactamente cuando nosotros iríamos.
Estaba el apego. Una pequeña parte de mí quería estar cerca de Forks hasta después de vacaciones, por el bien de Charlie. Pero más que eso, había un diferente viaje que tenía que venir primero – era la principal prioridad. También, sería un excursión en solitario.
Era la única discusión que Edward y yo habíamos tenido desde que me convertí en vampiro. El principal punto de conflicto era la parte de “solitario”. Pero los hechos estaban donde estaban y mi plan era el único con sentido. Yo tenía que ver a los Volturi y tenía que hacerlo completamente sola.
Incluso libre de las viejas pesadillas, sin ningún sueño, era imposible olvidar a los Volturi. Tampoco ellos se quedarían sin recuerdos.
Hasta el día que el regalo de Aro apareció, no sabía que Alice le había enviado la invitación de boda a los líderes Volturi; nosotros habíamos estado muy lejos en la isla de Esme cuando había visto la visión de los soldados Volturi – Jane y Alec, los gemelos de poder devastador. Cayo estaba planeando enviarles a una cruzada para ver si todavía era humana, contra su mandato (porque sabía sobre el mundo secreto de los vampiros, debía unirme o permanecer en silencio permanentemente). Así que Alice había enviado la invitación, mostrando que eso podría retrasarlos cuando descifraran el significado que había detrás. Pero vendrían finalmente. Era cierto.
El regalo no era amenazador. Extravagante, casi aterrador por su extravagancia. El miedo venía por la nota de felicitación, escrito en tinta negra en un cuadrado de duro, plano blanco papel, a mano del propio Aro.
Espero ver pronto a la nueva Señora Cullen en persona.
El regalo estaba presentado en una tallada, ornamentada y antigua caja de madera, engalanada con oro y perlas madre, decorada con un arco iris de piedras preciosas. Alice dijo que la caja era un inestimable tesoro, que tendría un inmenso valor aunque no hubiese ninguna joya dentro. 
“Siempre me pregunté donde desaparecieron las joyas de la Corona después de que John de Inglaterra las sacase en el siglo trece.” Carlisle dijo “No debería sorprenderme que los Volturi tengan sus restos.
El collar era simple – hecho de oro con una gruesa cadena, casi escalada, como una suave serpiente que se cerniese a través de la garganta. Un colgante oscilaba en la cadena, un blanco diamante del tamaño de una pelota de golf.
El sutil recordatorio de la nota de Aro me interesaba más que la joya. Los Volturi necesitaban ver que yo era inmortal, que los Cullen había sido obedientes a sus órdenes y necesitaban verlo prono. No podíamos permitirlos cerca de Forks. Era la única forma de mantener nuestra vida aquí a salvo.
“No vas a ir sola” Edward había insistido a través de sus dientes, sus manos encrespadas en garras.
“No me harán daño” le había dicho tan pronto como pude controlarme, forzando mi voy para que sonase segura. “Ellos no tienen razón para hacerlo. Soy un vampiro. Caso cerrado.”
“No. Definitivamente no”
“Edward, es la única forma de protegerla”
Y no había podido discutirme esto. Mi lógica era evidente.
Durante el corto rato que conocí a Aro, había sido capaz de ver que era un coleccionista. Y sus mayores trofeos eran los vivos. El coleccionaba belleza, talento y rareza en sus seguidores inmortales, más que cualquier joya guardada en sus cajas fuertes. Era bastante desafortunado que hubiese comenzado a codiciar las habilidades de Alice y Edward. Y no le daría más razones para estar celoso de la familia de Carlisle. Renesmee era bella, talentosa y única- única en su especie. No podía permitirle verla, no a través de los pensamientos de nadie.
Y yo era la única a la que no podía escuchar sus pensamientos. Por supuesto que iría sola.
Alice no veía ningún problema en mi excursión pero ella estaba preocupada por la distinta cualidad de sus visiones. Dijo que ellos parecían a veces confusos cuando tomaban decisiones de fuera que podían ser conflictivas pero que no estaban resueltas.
Esta inseguridad le hacía a Edward vacilante, opuesto a que lo hiciese. Quería venir conmigo tan lejos como mi enlace en Londres pero yo no podía dejar a Renesmee sin ninguno de sus padres. Carlisle estaba tomando parte. Nos dejaba más tranquilos a Edward y a mí, sabiendo que Carlisle estaría solo a unas pocas horas de mí.
Alice continuaba rebuscando en el futuro pero las cosas que relacionaba no eran lo que buscaba. Una nueva tendencia en el mercado de stock, una posible visita de reconciliación de Irina, aunque su decisión no era firme; una tormenta de nieve que no golpearía otras seis semanas, una llamada de Renee (estaba practicando mi voz ronca, y mejorando cada día – para el conocimiento de Renee estaba bastante enferma, pero recuperándome)
Compramos los boletos para Italia un día después de que Renesmee cumpliera los tres meses. Planeé que sería un viaje muy corto, así que no le había dicho a Charlie sobre él. Jacob sabía, y él aceptó la visión de Edward sobre esto. Sin embargo, la discusión de hoy era sobre Brasil. Jacob determinó ir con nosotros. 
Nosotros tres, Jacob, Renesmee, y yo, iríamos de caza juntos. La dieta de la sangre de animal no era la preferida de Renesmee – y fue por eso que Jacob nos había permitido seguir adelante. Jacob había creado una competencia entre ellos, y por eso ella estaba más dispuesta a eso que a todo lo demás. 
Renesmee tenía muy clara la diferencia entre lo bueno y lo malo aplicado a la cacería humana; ella pensaba que la sangre donada era un compromiso agradable. El alimento humano la llenó y parecía compatible con su sistema, pero ella reaccionó a todas las variedades de alimento sólido con la misma resistencia que un mártir. Una vez le di coliflor y habas de lima. La sangre de animal era un tanto mejor, por lo menos. Ella tenía una naturaleza competitiva, y el desafío de competir contra Jacob la excitó más a la cacería. 
“Jacob,” le dije, intentando razonar con él otra vez mientras que Renesmee estaba bailado delante de nosotros en el claro, buscando un olor que le gustó. “Tú tienes obligaciones aquí. Seth, Leah-” 
Él resopló. “No soy un paquete de niñera. De todos modos ellos tienen todas las responsabilidades en la Push”. 
“¿Cuánta educación? Estás oficialmente entrando a la High School (secundaria y prepa), entonces? Si vas a continuar con Renesmee, vas a tener que estudiar mucho más duro”.
“Es justo tomarse un sabático (un tiempo libre). Regresaré a la escuela cuando las cosas… se calmen” Perdí mi concentración en cuanto a mi desacuerdo cuando él dijo eso, y ambos automáticamente nos miramos. 
Renesmee miraba fijamente los copos de nieve que se agitaban arriba de su cabeza, derritiéndose antes de que pudieran pegarse a la hierba amarillenta a lo largo del prado en forma de flecha donde estábamos parados. Su vestido ondulado de marfil era sólo una sombra más oscura que la nieve, y sus rizos color rojizos mantenían su brillo, aunque el sol fue enterrado profundamente detrás de las nubes. 
Mientras nos miramos, ella se agachó por un instante y después brinco 2 metros hacia arriba. Sus pequeñas manos se cerraron alrededor de una escama, y ella cayó ligeramente sobre sus pies. Se dio vuelta hacia nosotros con su impactante sonrisa-realmente, no era algo a lo que te pudieras acostumbrar - y abrió sus manos para mostrarnos la perfecta forma de una estrella de hielo de ocho puntas en su palma antes de que derritiera. 
“Bonito” Jacob le hablaba elogiándola. “pero pienso que te estas atascando, Nessie.” 
Ella se limitó a ir detrás de Jacob; él extendió sus brazos en el preciso momento en que ella saltó en ellos. Tenían el movimiento perfectamente sincronizado. Ella hacia esto cuando tenía algo que decir. Ella prefería no hablar en voz alta todavía. 
Renesmee tocó su cara, frunció el ceño adorablemente mientras escuchamos el sonido de una manada pequeña de alces que se movían a la distancia en el bosque. 
“Claaaaro que no estas sedienta, Nessie,” contestó Jacob un poco sarcástico, pero más indulgente que todo lo demás. “Eres una miedosa. Yo capturaré al más grande, una vez más” 
Ella movió de un tirón al revés fuera de los brazos de Jacob, aterrizando ligeramente en sus pies, y girando sus ojos – ella se parecía tanto a Edward cuando hacia eso. Entonces ella se lanzó hacia los árboles.
“Lo consiguió,” dijo Jacob cuando me incliné como si fuera a seguirlo. Él dio un tirón a su camiseta, preparado después de ella en el bosque, ya temblando. “No cuenta si haces trampa,” le dijo a Renesmee. 
Sonreí con las hojas agitadas que ellos dejaban detrás, sacudiendo mi cabeza. Jacob a veces se comportaba más como niño que la propia Renesme. Me detuve brevemente, dándoles unos minutos de ventaja a mis cazadores. Estaría más allá de simplemente seguirlo, y Renesmee amaría la sorpresa del tamaño de su presa. Sonreí otra vez. 
El prado lucía muy estrecho, todavía muy vacío. La nieve que caía se adhería a mí. Alice había visto que no sé pegarían por muchas semanas. Generalmente Edward y yo veníamos juntos en estos viajes de caza, pero Edward estaba con Carlisle hoy, planeando el viaje a Río, hablando a espaldas de Jacob…. Fruncí el ceño. Cuando volviéramos, me pondría del lado de Jacob. Él debe ir con nosotros. Él estaba tan metido en esto como todos nosotros- su vida entera estaba en juego, justo como la mía. Mientras que mis pensamientos se perdieron en un futuro próximo, mis ojos barrían la zona rutinariamente, buscando la presa, buscando peligro, no pensaba en el, simplemente era algo automático. O quizás había una razón en mi exploración, un cierto minúsculo interruptor que mis agudizados sentidos habían encendido antes de que lo hiciera de manera consciente. ¿Mis ojos revolotearon a través del borde de un distante acantilado, estaba parado allí afuera, rígido, azul grisáceo, haciendo contraste con el bosque verde-negro, un destello plateado - o era dorado? - cautivó mi atención. 
Mi mirada estaba atenta, notando ese color que no debería haber estado allí, hasta ahora lejos en la neblina, si siquiera un águila hubiese sido capaz de distinguirlo
Miré fijamente. 
Ella miró fijamente detrás. 
Que ella fuera un vampiro era obvio. Su piel era de un blanco marfil, la textura un millón de veces mas lisa que la piel humana. Incluso debajo de las nubes, ella siempre brillaba levemente. Si su piel no la hubiera delatado, su calma lo haría. Solamente los vampiros y las estatuas podían estar tan perfectamente inmóviles. Su cabello era pálido, rubio pálido, casi patinado. Ése era el destello que había captado mi ojo. Colgó derecho como regla a un borde embotado en su barbilla, dividida uniformemente abajo del centro. 
Ella era una extraña para mí. Estaba absolutamente segura de que nunca la había visto, ni siquiera como humana. Ningunas de las caras en mi memoria fangosa eran iguales que ésta. Pero la reconocí por sus oscuros ojos dorados. 
Irina había decidido venir después de todo. 
Por un momento la miré fijamente, y ella me miró fijamente. Me preguntaba si ella supondría quien era inmediatamente como yo lo hice. Medio levante mi mano, a punto de saludar, pero su labio se torció en un pedacito minúsculo, haciendo su cara repentinamente hostil. 
Oí el grito de victoria de Renesmee desde el bosque, oí el eco del aullido de Jacob, y vi la cara de Irina volverse reflexiva cuando el escucho el eco unos segundos después. Su mirada se fijó levemente a la derecha, y supe lo que ella estaba viendo. Un enorme hombre lobo café-rojizo, quizás el que había matado a su Laurent. 
¿Cuánto tiempo habrá estado mirándonos? Suficiente como para tener un abrazo cariñoso antes, era seguro. 
Su cara hizo un espasmo de dolor. 
Instantáneamente, abrí las manos delante de mí en un gesto carismático. Ella giró hacia a mí, y su labio se movió sobre sus dientes. Su quijada estuvo abierta y gruñó. Cuando el débil sonido me alcanzó, ella había dado vuelta y había desaparecido ya en el bosque. “Demonios!” gemí. Corrí rápidamente en el bosque después de Renesmee y de Jacob, no podía tenerlos fuera de mi vista. No sabía qué dirección había tomado Irina, o exactamente qué tan furiosa estaba ella ahora. La venganza era una obsesión común para los vampiros, una que no era fácil de suprimir. Corriendo a toda velocidad, solamente me tomó dos segundos para alcanzarlos. “La mía es más grande,” escuché a Renesmee insistir y yo estallé a través de los arbustos gruesos hasta llegar al espacio abierto donde estaban parados. Los oídos de Jacob se movieron cuando él se dio cuenta de mi expresión; se agachó hacia adelante, descubriendo sus dientes - su bozal estaba manchado con sangre de su matanza. Sus ojos rastrearon el bosque. Podía oír el sonido del gruñido que hacia con su garganta. Renesmee se puso en alerta tal como Jacob. Abandonando a su presa en sus pies, ella saltó en mis brazos que esperaban, presionando sus manos curiosas contra mis mejillas. 
“Estoy exagerando,” les aseguré rápidamente. “Esta bien, pienso. Aguarda.” 
Saqué mi celular y golpeé las teclas rápidamente. Edward contestado al primer llamado. Jacob y Renesmee escucharon atentos mi lado mientras hablaba con Edward. 
“Ven, trae a Carlisle,” hable tan rápido que me preguntaba si Jacob podía seguir el ritmo”. Vi a Irina, y ella me vio a mi, pero entonces vio a Jacob y ella se enojo y huyo, Creo. Ella no ha demostrado para arriba aquí - todavía, de todas formas - sino que ella miraba trastorno bonito que ella tan quizá. Si ella no lo hace, usted y Carlisle tienen que ir después de ella y hablar con ella. Me siento horrible.”
Jacob tembló. 
“Estaremos allí en medio minuto,” me aseguro Edward, y pude oír el silbido del viento el había empezado a correr. 
Nos dirigimos de nuevo al largo prado y después esperamos silenciosamente mientras que Jacob y yo escuchamos cuidadosamente cualquier sonido de un acercamiento que no reconociéramos.
Cuando llego el sonido, aunque, era muy familiar. Y entonces Edward estaba en mi lado, Carlisle unos segundos detrás. Estaba sorprendida de escuchar las pesadas almohadillas de las patas que seguían a Carlisle. Supuse que no entrar en shock. Con Renesmee a un paso del peligro, por supuesto podría pedir refuerzos
. “Ella estaba para arriba en ese canto,” les dije inmediatamente, precisando el punto. Si Irina huía, ella ya tendría una absoluta ventaja. ¿Ella pararía y escucharía Carlisle? Su anterior expresión me hizo pensar que no “Quizá deberías llamarle a Emmett y Jasper para que vallan contigo. Ella parecía… realmente molesta. Ella me gruño”. 
“Qué?” dijo Edward irritado. 
Carlisle puso una mano en su brazo. “Ella está afligida, ve después de ella” 
“Voy contigo” Edward insistió. 
Intercambiaron una larga mirada - quizás Carlisle sopesaba la irritación de Edward que sentía por Irina contra su habilidad para leer mentes. Finalmente, Carlisle cabeceó, y salieron para encontrar el rastro, sin llamar a Jasper o Emmett. 
Jacob rabió impacientemente y empujó mi espalda con su nariz. Él deseaba regresar a Renesmee a la casa para mantenerla segura, por si acaso. Estuve de acuerdo con él en eso, y nos apresuramos a llegar a casa con Seth y Leah que funcionaban como nuestros flancos. 
Renesmee estaba satisfecha en mis brazos, una mano todavía descansaba sobre mi rostro. Puesto que el viaje de la caza había sido abortado, ella tendría que conformarse con la sangre donada. Sus pensamientos eran con un aire poco satisfechos. 

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