Su estreno en tan sólo tres salas en Madrid es una inequívoca señal del escaso presupuesto y de lo arriesgado del proyecto, pese a lo cual ya hay sobrada rumorología acerca de una nueva adaptación a cargo de otros artistas de renombre.
Madrid, 1922. La ciudad se encuentra al borde del cambio, sus valores tradicionales son cuestionados por las corrientes vanguardias y la influencia de Freud. Salvador Dalí (Robert Pattinson) tiene dieciocho años y llega a la Residencia de Estudiantes decidido a convertirse en un genio. La extravagante mezcla de timidez y desenfrenado exhibicionismo del artista llamará la atención de sus compañeros de la élite social, Federico García Lorca (Javier Beltrán) y Luis Buñuel (Matthew McNulty). Los tres jóvenes marcan un hito en la capital, pero sus inquietudes artísticas y sentimentales harán que sus caminos se separen.- Inicio
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jueves, 30 de julio de 2009
Una pequeña critica de Little Ashes(Robert Pattinson)
La trágica historia de amor entre Salvador Dalí y Federico García Lorca requería un tratamiento sensible, elegante y romántico sin caer en lo pusilánime, y eso se ha logrado indiscutiblemente.
Título: Sin límites.
Título Original: Little Ashes.
Género: Biopic, drama.
Nacionalidad: Reino Unido, España.
Estreno: 8 de mayo de 2009.
Director: Paul Morrison.
Actores: Javier Beltrán, Robert Pattinson, Matthew McNulty, Marina Gatell.
Antes de ser Edward Cullen en “Crepúsculo”, Robert Pattinson fue Salvador Dalí en “Sin límites” ("Little Ashes"). Aunque el radical cambio de registro del actor suponga el principal atractivo de la película para muchos, esta arriesgada apuesta es una grata sorpresa por otras múltiples razones.
En 1936 España ofrece un espectáculo más surrealista del que ninguno de estos tres artistas hubiera podido imaginar.
El director inglés Paul Morrison lleva a la gran pantalla una revisión de la historia íntima entre Salvador Dalí y Federico García Lorca, largamente cuestionada. Mucho se ha especulado y escrito al respecto, a pesar de lo que parece evidente, acerca de lo que esta película aborda sin censuras. Aunque en el film se trata ampliamente esta relación, la Fundación Gala-Salvador Dalí no puso reparos a su elaboración, a diferencia de otras obras anteriores. Realizada con un modestísimo presupuesto (unos dos millones de euros), la película muestra con extrema sensibilidad el vínculo afectuoso entre el poeta y el pintor.
Ambientada en el Madrid de los años 20 y 30, el director nos sumerge en el ambiente de la época, descubriéndonos los contextos políticos y sociales sin reparos. Si bien se muestran algunos de los temas típicos y característicos españoles, como la copla o la tauromaquia, el director no se ceba en ellos, cambio que supone un gran alivio para los que están aburridos de los tópicos sencillos y fáciles a los que constantemente se recurren.
Los escenarios, cuidados al detalle dentro de lo que el presupuesto permitía, disponen el cuadro sobre el que se va dibujando la historia. Localizaciones que llevan a la audiencia a descubrir las inspiraciones de los artistas y que incluso llegan a mostrar los fondos de algunas de las obras de Dalí, como la famosa habitación de su pintura “Muchacha en la ventana” (1925), donde pinta a su hermana Ana María.
La película, rodada con una curiosa mezcla entre inglés y español, no sólo se queda en la pintura, también profundiza en la poesía de Lorca (recitada en castellano y traducida con una voz en off) y la intolerancia de la época, personalizada en Buñuel, pasando al mundo del cine, mezclando imágenes de archivo y las protestas sociales.
La película explora sin censuras la paranoia del contradictorio Dalí, su mundo disparatado y onírico, en contraposición con el de Lorca, atormentado por su indecisión sexual, cuyos pies permanecen en el suelo gracias a la influencia de Margarita Manso (Marina Gatell).
La sensibilidad, el romanticismo y la elegancia de la película son evidentes. Lejos de tratar burdamente el tabú de la época de la homosexualidad, se ofrece la oportunidad de comprender la relación entre Dalí y Lorca desde el punto de vista más íntimo huyendo del morbo y del simple efectismo barato. El director brinda escenas de sexo sin inhibiciones, sin caer en lo soez, con la más absoluta delicadeza.
El lenguaje no verbal del film es esencial para entender el peculiar lazo sentimental que une a ambos artistas. Javier Beltrán hace patente su amor por Dalí en cada mirada, en cada gesto. Incluso su dolor y confusión se revelan palpables cuando la historia lo requiere. Pero es Robert Pattinson el brillante pilar sobre el que se sostiene la película. Un auténtico cambio de registro respecto a sus anteriores trabajos es una muestra del increíble potencial del actor. Su caracterización del más profundo Dalí no se queda en la apariencia: cada gesto está medido y calculado para construir la figura de la caricatura del pintor que todos conocen. Para Pattinson “Dalí era mucho más que ese payaso bizarro del final de su vida, sólo preocupado por el dinero” y, preocupado por no desvirtuar su memoria, ha representado un papel que habla por sí sólo sin necesidad de palabras.
La trágica historia de amor entre estos dos artistas requería un tratamiento sensible, elegante y romántico sin caer en lo pusilánime, y eso se ha logrado indiscutiblemente. Si esta película caerá en el olvido o no está por ver, aunque de momento ha tenido poca repercusión en los cines españoles. Su estreno en tan sólo tres salas en Madrid es una inequívoca señal del escaso presupuesto y de lo arriesgado del proyecto, pese a lo cual ya hay sobrada rumorología acerca de una nueva adaptación a cargo de otros artistas de renombre.
Fuente: fantasymundo
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