jueves, 8 de julio de 2010

CinePremiere Califica a Eclipse con "4 Estrellas"

Si algo es un hecho es que por más perfecta que sea una cinta de esta saga, jamás logrará a convencer a aquellos que se han dedicado a odiarla de manera ferviente desde el inicio. Y aún más seguro, es que ninguna de éstas fue realizada con el objetivo de convertir a los haters en fans, ni con ellos en mente como público. Considerando eso, Eclipse es una película sobresaliente. Lejos de sólo llamarle “la mejor de las tres” (que lo es) es relevante mencionar qué factores la distinguen de sus predecesoras y la colocan en el acervo de películas (en su género) que no sólo complacerán a audiencias en su corrida en salas de cine, sino que tendrán el privilegio de envejecer con gracia.

El filme comienza situándonos en un contexto más obscuro en que los vampiros son criaturas aterradoras y misteriosas. Y es claro, desde ese momento, que el director sabe cómo generar suspenso y dirigir escenas emocionantes de acción –a pesar de su corta trayectoria. Y ése es justo el tono que mantiene: un balance entre el romance y la acción. Dado que ésta es, primordialmente, una historia de amor, centrarla por completo en las batallas sería una falla crucial de adaptación; y justo ése es su primer punto a favor. Al ver una película inspirada en algo más, no es que la comparación sea inevitable, es necesaria. En este caso, no se trata sólo de ser fiel al material original (que en Eclipse está logrado dignamente: a los lectores del libro les dejará esa sensación de “no es que haya estado absolutamente todo, simplemente no le falta nada”), sino de aprovechar las ventajas de un medio audiovisual para explotar una historia.

Su mayor acierto a nivel guión –y que en consecuencia provee a la cinta de sus mejores secuencias de efectos especiales y da oportunidad a que los personajes secundarios se luzcan– fue aprovechar la noción de que la cinta no está en primera persona. Aquí podemos ver todas aquellas cosas de las que Bella no experimenta de primera mano. Aquella batalla tan épica de la que jamás pudimos ser testigos, está representada aquí de manera sobresaliente. La mejoría en los efectos visuales, desde los lobos completamente CGI, hasta el trabajo de cables y dobles realizado, dio un salto considerable. Aunque la caracterización de los personajes sigue dejando un poco qué desear, también se nota una sutil mejoría. El mayor error de la cinta es el recast de Bryce Dallas Howard como Victoria; carente del instinto malévolo que Rachelle Lefevre ya había conseguido, obligando al director a esconderla, cuando en la segunda entrega fungió como un gran villano. Y sí, tiene momentos que el público adolescente disfrutará más: fotogramas diseñados exclusivamente para que el elenco se vea bien, desde Jacob Black sin camisa, hasta los Cullen vestidos a la moda para pelear contra un grupo de vampiros recién nacidos.

A medida que avanza la cinta se percibe un gran trabajo de dirección, que a su vez se ve reflejado en un crecimiento histriónico. Todos los actores se sienten más cómodos con sus personajes; destaca Taylor Lautner, quien captura la esencia de Jacob Black como no lo había logrado antes. Sin recurrir a las inserciones un tanto descaradas del soundtrack (como en Luna nueva) en momentos que quizá no lo ameritaban, aquí se hace una mezcla mesurada de la música; y las escenas se benefician de ello. Mención aparte al score de Howard Shore que es igual de impactante en sus momentos de suspenso y acción que en los románticos.

En suma, el filme es ideal para quien fue creado, sin dejar de lado un buen nivel de producción desde la fotografía hasta la dirección de arte; un guión correctamente adaptado y un buen manejo del ritmo que mantendrá al público entretenido y emocionado durante toda la cinta.

Gracias a CinePremiere

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