Y es que ella es una chica con personalidad, capaz de ir a una boda con su Robert Pattinson del alma vestida con unos pantalones vaqueros,
y estar tan pancha, con lo que minutos después de pasar por la alfombra
roja y dejar que le hicieran mil fotos y todo el mundo comentara lo
guapísima que iba, se quitó toda la ropa y acabó como la veis en la
foto.
Llevaba una mochila con unos vaqueros, una camiseta muy de su estilo
(que se anudó a la cintura como ella sola sabe hacer) y unas zapatillas
de deporte. La verdad, a mí me parece que es muy inteligente por hacer
esto, porque seguro que es la que más cómoda estuvo de todos los
presentes a la after party.
Lo que sí que queda un poco raro es que le hagan cosas con modelos y famosillos de los presentes allí
que van engalanados, con sus trajes, y ella se plante en medio con sus
pintillas sonriendo… esto sí que es pasar del mundo. Una cosa os digo,
casi mejor, porque mirad qué carilla llevaba al despedirse, si después
de tomarse esas copas que se debió tomar para acabar con esa cara
hubiera seguido con los tacones, ya os digo que alguna piña habríamos
visto.
Yo me apunto, para la próxima fiesta me llevo la mochila con la ropa cómoda y voy a hacer un Kristen, que es como se llama ahora a quitarse los tacones en las bodas y esas cosas. ¡Va por ti, amiga!
Via Cotilleo
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