lunes, 26 de septiembre de 2011

Taylor Lautner en ‘Identidad Secreta’: ‘No soy yo soy otro’

Hay películas cuyo título ya adelantan, tal vez, demasiado. No hablamos de Noche de miedo o Los vampiros los prefieren gorditos , sino de este filme ( Identidad secreta ) en el cual cuando apenas nos sentamos en la butaca y comienza la proyección, desconfiamos. Desconfiamos de todo. Y de todos.
A ver… Nathan es un joven que se lleva bien con su papá (Jason Isaacs) y mamá (María Bello). Pero recordando el título, ¿él será quien dice ser? Cuando entre a un sitio de Internet en el que se muestra rostros de chicos desaparecidos, y vea una fotito de un nene muy parecido a él, ¿no será que es un niño robado? ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Cuál es el sentido de la vida? Todas y cada una de estas preguntas tendrán su respuesta a lo largo de los 106 minutos de Identidad secreta , un thriller construido a partir de la figura de Taylor Lautner, quien si bien muestra lomo, bíceps y otros músculos que el muchacho de Crepúsculo viene trabajando desde hace unos años, el actor trata de escaparle al perfil licántropo de la exitosa saga. Y le cuesta, claro que le cuesta, no sólo porque prácticamente no ha hecho otra cosa, sino también porque a diferencia de Robert Pattinson, no muestra hasta ahora mayor expresividad que la de, digamos, un Vin Diesel. Sin ofender a nadie.

La producción lo ha rodeado bien a Lautner. El director es John Singleton, quien supo ser el realizador más joven en ser candidato al Oscar, por Los dueños de la calle . Bueno, Identidad secreta no se le parece en nada, pero Singleton ha manejado siempre bien los resortes de la intriga, y aquí eso es lo que abunda. El combo incluye corrupción, la CIA, asesinos a sueldo, el FBI y frase memorables (como “la confianza se gana”), que se repiten una y otra vez, para que el concepto quede claro.
A Nathan lo persiguen los buenos (Alfred Molina) y los malos (Michael Nyqvist, de Millenium ), lo ayuda una psiquiatra (Sigourney Weaver) a superar “la tripe I” (insomnio, impulsividad, ira), pero por suerte lo acompaña la bella Karen (Lily Collins, de Priest , y que está filmando Blanca Nieves ), la vecinita de enfrente que lo tiene loco de amor. Y entre balazos, peleas a puño limpio y patadas voladoras, la trama se irá, por así decirlo, complejizando. No mucho, para que al mirar el balde de pochocho no se pierda nada.

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