lunes, 10 de octubre de 2011

Crítica a Midnight in Paris de Michael Sheen



“MIDNIGHT IN PARIS”

Director: Woody Allen Intérpretes: Owen Wilson, Rachel McAdams, Marion Cotillard, Kathy Bates, Adrien Brody, Carla Bruni, Michael Sheen, Léa Seydoux Título en VO: Midnight in Paris País: España, USA Año: 2011. Fecha de estreno: 13-05-2011 Duración: 94 min. Género: Comedia romántica Color o en B/N: Color Guión: Woody Allen Fotografía: Darius Khondji
Web Oficial: http://www.altafilms.com/

Un escritor norteamericano algo bohemio (Owen Wilson) llega con su prometida Inez (Rachel McAdams) y los padres de ésta a París. Mientras vaga por las calles soñando con los felices años 20, cae bajo una especie de hechizo que hace que, a medianoche, en algún lugar del barrio Latino, se vea transportado a otro universo donde va a conocer a personajes que jamás imaginaría iba a conocer…


Midnight in Paris es, en ese sentido, una película paradójica: por un lado, celebra los clichés de una ciudad que Allen adora tanto como Nueva York, y, por otro, siente la necesidad de desmontar la dimensión simbólica de esos clichés, materializada en un dream team de la vida bohemia del París de los años 20 que parece un parque temático para intelectuales de pacotilla, y que Allen recrea sin miedo a hacer el ridículo. Es en los requiebros de esa fantasía imposible donde Allen logra que Midnight in Paris se convierta en su película más original desde Desmontando a Harry (1997). Más allá del ingenio de la premisa, con sus hilarantes gags sobre El Ángel Exterminador (Luis Buñuel, 1962) y sus parodias de Hemingway y Dalí, el viaje en el tiempo que emprende su alter ego en la pantalla le permite reivindicar el presente como tabla de salvación. El hombre siempre quiere lo que no tiene, nos dice Allen, y ese deseo no es otro que el de escapar de la muerte, el de dejar su huella para la posteridad. Y por muy ligera y cálida y deliciosa que sea esta comedia, el poso que deja es pura melancolía.

Woody Allen rueda por primera vez una película íntegramente en París, y no duda en declararle su amor a la capital francesa: “La primera vez que la visité tenía 30 años, y lo hice por un pequeño papel en ‘¿Qué tal, Pussycat?‘ (Clive Donner y Richard Talmadge, 1965). En cuanto vi París, me enamoré”.

Woody está en plena forma y París resplandece en esta divertida fantasía con viajes en el tiempo. La película tiene el ritmo ágil y la concisión de los mejores trabajos de Allen.

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