sábado, 8 de octubre de 2011

El Festival de Sitges recibe a la guionista de ‘Dexter’ y de la saga ‘Crepúsculo’

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Le bastaron cinco semanas para escribir el guión de ‘Crepúsculo’. Y es capaz de ventilarse un capítulo de ‘Dexter’ en tan sólo diez días. Melissa Rosenberg supo, desde niña, cuando creaba pequeñas obras de teatro para que sus compañeras de clase las interpretaran, que algún día sería guionista. Y que entonces reinaría. Porque así es como, dice, se les trata hoy a los guionistas de televisión en Estados Unidos. “Como reyes”. Mientras los de cine siguen siendo esclavos del director. Pese a todo, el exceso de trabajo (está a punto de estrenar la primera parte de ‘Amanecer’, el desenlace de la tetralogía, y ya trabaja en la próxima entrega de la saga), la impide seguir dedicándose a la pequeña pantalla, su medio favorito. “El mejor”, dice.

Rosenberg, que trabajó como guionista y productora en las cuatro primeras temporadas de ‘Dexter’ (la serie que protagoniza Michael C. Hall y que narra las peripecias de un forense experto en salpicaduras de sangre que ‘necesita’ matar, pero que mata a los malos, siguiendo un código que estableció su padre, un policía que descubrió pronto que su hijo era un asesino en serie y lo encaminó hacia el ‘buen camino’, esto es, el de “si tienes que matar a alguien, mejor que sea a un asesino”), participó ayer en un máster sobre adaptación literaria (tanto ‘Crepúsculo’ como ‘Dexter’ provienen de novelas) impulsado por Guionistas Asociados de Cataluña (GAC), y tiene mañana una cita con las fans de los vampiros adolescentes creados por Stephanie Meyer en el Festival de Cine Fantástico de Sitges.
Melissa Rosenberg
“Imagino que será algo parecido al Comicon”, apunta la guionista, mientras bebe un café en una terraza barcelonesa, refiriéndose al festival. Luego, volviendo a su trabajo, dice que lo que más le costó al principio fue “asumir que en un guión no cabe todo lo que un escritor cuenta en una novela, asumir que lo que forja a un personaje, su pasado, no puede contarse, tiene que ‘verse’, de alguna manera, lo tiene que transmitir el actor con un gesto, o debe aparecer en forma de objeto”. Luego, está el ‘trabajo’ con productores y directores. “Una tiene que escuchar lo que dicen y ceñirse un poco a lo que esperan de ti”, admite. Y por último están los actores. “Escribí el guión de la primera película de ‘Crepúsculo’ sin saber quién interpretaría a cada uno de los personajes. Recuerdo que tenía mucho más sentido del humor. Pero cuando ves a los actores, cuando te familiarizas con su manera de hablar, sabes realmente qué es lo que pueden decir y lo que no, y cómo van a decirlo”, confiesa.

Dexter, el extraterrestre

En el caso de ‘Dexter’, la serie partió de una premisa muy clara. “Nos hicimos a la idea de que el protagonista era una especie de extraterrestre que aterrizaba en la Tierra sin saber lo que era un ser humano y tenía que ir humanizándose poco a poco. Pero tan poco a poco que nunca llegue a humanizarse para que la serie siga teniendo sentido. En el momento en que Dexter se sienta humano, nuestro trabajo habrá acabado”, desvela. “El espectador le sigue en esta especie de viaje y le anima a matar cuando descubre a un tipo malo, porque en el fondo todos querríamos que existiera un Dexter para que acabara con los que hacen el Mal, pero cuando le vemos hacerlo, cuando le vemos matar a alguien, se produce un efecto espejo y el espectador se ve a sí mismo, ve su lado oscuro, y a veces no lo soporta“, explica Rosenberg.
“Es evidente que ‘Dexter’ representa en cierto sentido a América cuando ejecuta una pena de muerte. Está matando legalmente, pues sigue un estricto código y se asegura de que el muerto se lo merece, pero acabar con él le convierte en un asesino, de la misma forma que el estado se convierte en un asesino cuando acaba con un preso”, expone la guionista, fan de ‘The Wire’ (“es una de las mejores series que se han escrito jamás”) y de ‘Mad Men’ (“el mundo que describe no está tan lejos del nuestro, las mujeres seguimos cobrando menos y teniendo menos opciones”, considera), pero que si tuviera que elegir una serie de la que formar parte (como equipo) eligiría ‘Friday Night Lights’. “Es muy americana, la siento muy cercana”, dice. Como ‘Dexter’. “Tocaba todos mis temas fetiche. Sobre todo, la exploración del ser humano. Y el hecho de que muestre al espectador una parte de sí mismo que preferiría no haber visto”, añade.
Aunque últimamente se dedica más al cine, donde el control, insiste, es por entero del director, mientras que en la serie, los guionistas “lo controlamos absolutamente todo, desde el cásting hasta el director, porque nosotros decidimos quién dirige cada capítulo”, Rosenberg dice no haberse desvinculado por completo de la televisión. “Mi compromiso con ‘Crepúsculo’ me quitaba demasiado tiempo y hacía imposible que pudiera dedicarle todo el tiempo que quería a ‘Dexter’, así que tuve que dejarlo, pero me supo muy mal. Como guionista y como espectadora prefiero la televisión porque te permite seguir la vida de unos personajes durante mucho tiempo. Y eso es algo fascinante”, concluye.

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