sábado, 15 de octubre de 2011

Taylor Lautner, Dustin Lance Black y la que ha armado un periodista del GQ Magazine

T-Lautner
OK. Para empezar, que quede claro que me consta que Taylor Lautner no es plato para todos los gustos. ¿Motivo? Para la mayoría de sus detractores, el actor es ídolo de nenas, gracias sobre todo, a una saga vampírica que va más allá de lo insufrible, algo que pesa poco a sus protagonistas, porque su éxito les está abriendo puertas y menos aún a sus productores porque tienen sus cuentas ardiendo en cifras. Para los demás, Lautner es un tipo dulce y educado que ha tenido la buena suerte de tocar la fama con toda la palma de la mano. Que le dure. La buena gente lo merece y ya que no todos estamos tocados por la diosa fortuna, que menos que desearle lo mejor a quien la tiene sin haberla mangado a los demás.
El caso es que Taylor Lautner se va de cena allá por Junio al ‘Bottega Louie’, uno de los restaurantes más exclusivos de Downtown Los Angeles con dos talentosos cineastas, el director Gus Van Sant, realizador de films como ‘Mi Idaho privado’, ‘Mi nombre es Harvey Milk’ o ‘Paranoid Park’ y el guionista y activista Dustin Lance Black, ganador de un Oscar por su trabajo en ‘Milk’ y del que próximamente veremos su firma en la gran pantalla escribiendo el ‘J. Edgar’ de Eastwood. Para quien no lo sepa, ambos son gays reconocidos.
Al bueno de Lautner, como toda aquella nueva y no tan nueva estrella joven y atractiva de la gran pantalla, se le cuelga el sambenito de presuntamente gay hasta que no se demuestre lo contrario y aún cuando se demuestra lo contrario, la sospecha persiste. El caso es que a raíz de esa cena en Junio con los dos cineastas, el periodista de la edición australiana de GQ, Mickey Rapkin, le ha preguntado al actor más o menos que si Van Sant y Lance Black intentaron llevárselo a un lugar apartado y pasárselo de vicio juntos. Lautner contestó: ‘No, definitivamente no. Creo que saben que soy hetero, pero son grandes chicos. Son muy divertidos. El actor respondió todo lo cordialmente que creyó necesario. Dustin Lance Black, sin embargo, se ha pillado un empute de aquí te espero.
Y no se lo ha pillado con el actor, sino con el mastuerzo que en el Siglo XXI sigue haciendo preguntas de crío con una malicia anormal en un profesional del periodismo que realmente pretenda serlo.
Inaugurando su nuevo blog, Black ha dicho lo siguiente:
Para mi primer mensaje esperaba mantener un tono ligero y hablar acerca de cómo mi nueva piscina no está saliendo a la velocidad que yo esperaba (cruzo los dedos para el verano de 2012). En lugar de eso, más que unos pocos amigos y compañeros de trabajo me han señalado una reciente entrevista de GQ con Taylor Lautner y he sentido que tenía que responder. Es evidente que el escritor de GQ preguntó si el director Gus Van Sant y el escritor Dustin Lance Black intentaron ligar con él cuando los tres cenaron juntos recientemente en Los Angeles. ¿En serio, señor escritor de GQ? Tengo curiosidad, ¿le preguntará a todos los actores guapos con quienes he tenido el privilegio de trabajar o encontrar si intenté ligármelos a ellos también? Me gustaría estar presente cuando le pregunte a Sean Penn la misma cosa. O, señor escritor de GQ, ¿estaba proyectando sus propios deseos poco profesionales en mí y Gus? ¿Quizás? O peor aún, ¿es usted homófobo? Más allá de este claro ataque a mi persona estoy sorprendido de que GQ permita a sus escritores apoyarse en el grosero y anticuado estereotipo de que los gays somos depredadores sexuales por naturaleza. Quiero decir, ¿Haría la misma pregunta si Diablo Cody y Kathryn Bigelow hubiesen cenado con el Señor Lautner? Apoyarse en mentiras, mitos y estereotipos sobre los gays, es odioso, perjudicial y obsoleto. Ya no estamos en la década de los 50, GQ. Es el 2011 y es tiempo de madurar
La brillantísima oratoria, bloguera en este caso, del célebre guionista, no debería sorprender a nadie, porque escribiendo se gana Black la vida, y le premian por ello. Pero por bien escrita y criticar con rotundidad y firmeza una actitud que es tan patente que incluso en ocasiones a nosotros se nos pasa, con frecuencia, desapercibida, debería hacer razonar no sólo a heteros sino a gays. A los primeros, para terminar de una vez por todas, con el delirantemente estúpido pensamiento de que ser gay o cualquier cosa que afecte a nuestra naturaleza, es carnaza para el fácil relleno de artículos, opiniones y comentarios en prensa, cine, televisión, internet o radio. Y para nosotros, los gays, debe ser un recordatorio también, de que tal conducta, no por común, es aceptable, y por tanto, denunciable en la medida y forma que corresponda. Como termina Dustin Lance Black, es el 2011 y es tiempo de madurar.

Fuente AmbienteG

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