ATENCIÓN: SPOILER / CONTIENE INFORMACIÓN SOBRE EL ARGUMENTO DEL FILME.
La
migración de mexicanos a Estados Unidos es un fenómeno que involucra
dos sociedades y que tiene lugar en momentos concretos del
desenvolvimiento histórico de ambas. Es ampliamente aceptado que esta
cuestión se relaciona en cuanto a los elementos de carácter interno se
refiere, con la situación que guarda el empleo. El origen del problema
es el escaso nivel de desarrollo alcanzado en muchas zonas del país y la
baja posibilidad de crecimiento. El desplazamiento de emigrantes
mexicanos hacia Estados Unidos es esencialmente un fenómeno laboral
impulsado por la interacción de factores que operan en ambos lados de la
frontera, donde los factores asociados con la demanda de trabajadores
mexicanos en Estados Unidos son tan importantes como los de la oferta.
“A better life”
narra la historia de Carlos Galindo, un jardinero cuarentón, inmigrante
ilegal mexicano, que realiza trabajos de poda en los jardines de los
patrones más ricos en el Este de California. Es una persona digna y
modesta, cumpliendo a rajatabla su trabajo de todos los días. Su
principal meta es proteger a su hijo adolescente de las pandillas que
giran en el entorno de la ciudad en donde viven para que no termine
involucrado en el mal camino.
La estructura del guión tiene cierta similitud con el ultra clásico italiano “Ladri di biciclete” (Ladrón de bicicletas) de Vittorio De Sica, la magnánima obra neorrealista de fines de los 50s, en la que un padre y su hijo iban en busca de la bicicleta que les robaron, el único medio que tenían para sobrevivir en una Italia devastada por la 2da. Guerra Mundial.
La estructura del guión tiene cierta similitud con el ultra clásico italiano “Ladri di biciclete” (Ladrón de bicicletas) de Vittorio De Sica, la magnánima obra neorrealista de fines de los 50s, en la que un padre y su hijo iban en busca de la bicicleta que les robaron, el único medio que tenían para sobrevivir en una Italia devastada por la 2da. Guerra Mundial.
Aquí, el protagonista se endeuda con su hermana para poder comprar una
camioneta equipada con todas las herramientas de podado (la troca
como ellos le dicen) que le permitirá subsistir y poder llevar una vida
digna. Ante el robo de la misma, sale a recuperarla con su único hijo
adolescente por las calles de California, debiendo atravesar la barrera
de la legalidad, tal como lo hiciera el protagonista del clásico
italiano.
El ritmo del filme es sosegado en su comienzo, cuando nos presenta a sus personajes dentro del contexto en el que viven, mostrando la pesada rutina del jardinero, que sólo vive para trabajar y duerme en el sofá de un pequeño apartamento, y tiene una tirante relación con su hijo, que se rodea de amigos poco convenientes. Luego la trama va cobrando mayor intensidad dramática al momento de enfrentar el conflicto principal del pobre hombre.
El ritmo del filme es sosegado en su comienzo, cuando nos presenta a sus personajes dentro del contexto en el que viven, mostrando la pesada rutina del jardinero, que sólo vive para trabajar y duerme en el sofá de un pequeño apartamento, y tiene una tirante relación con su hijo, que se rodea de amigos poco convenientes. Luego la trama va cobrando mayor intensidad dramática al momento de enfrentar el conflicto principal del pobre hombre.
La película es realista, no es complaciente con sus criaturas, y las
somete a situaciones límites en las que intentarán salir airosos. Como
nieto de una actriz mexicana de comienzos del cine sonoro, su director,
el estadounidense Chris Weitz (alejado esta vez de su "American pie" o su genial “About a boy”),
no se permite dulcificar la historia; describe, así, una realidad agria
y dolorosa para una gran parte de las comunidades que se asientan
ilegalmente buscando oportunidades en suelo norteamericano, en este
caso, la colectividad mexicana, que intenta subsistir con tareas de
maestranza, limpieza y, esta vez, de jardinería.
Sobre un guión de Eric Eason, basado en una historia escrita por Roger L. Simon, inicialmente conocida como "The Gardener",
el grueso del éxito del filme se apoya en la construcción de los
personajes y en las actuaciones. Podría tranquilamente ser un filme
mexicano realizado en EEUU, pues los diálogos son en un spanglish con
términos propiamente aztecas que, incluso, pueden complicar al
espectador de habla castellana para lograr una comprensión del 100% de
lo que se dice; igualmente, ello no consigue hacer que uno se pierda de
entender lo sucedido, sino que es un artilugio más para hacer aún más
creíble la caracterización de los personajes.
Demian Bichir (nominado por los SAG e
Independent Spirit Awards) compone a un jardinero silencioso, taciturno,
que pasa desapercibido ante una sociedad a la que no pertenece,
evadiendo así a los agentes de inmigración, intentando darle a su joven
hijo las oportunidades de las que él careció. Le da enorme profundidad a
su rol con su mirada cansada, disconforme, descorazonadora, denotando
pequeños brillos de optimismo cuando obtiene lo que quiere, pero
luchando con las pocas fuerzas que tiene ante un sistema que lo quiere
fuera de allí. En una escena culminante, dialogando con su hijo, logra
arrancar lágrimas auténticas en el espectador, que ve cómo las
esperanzas de esta criatura se van desvaneciendo sin concesiones. Es una
dura película, con una crudeza verdadera, sin edulcorante, que deja ese
sabor amargo que nos petrifica frente a los créditos finales.
Fuente MiCine
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