Seis razones por las que el supuesto ‘sleeper‘ del año, la peli bien intencionada protagonizada por Viola Davis y Emma Stone, no se alzara con el gran premio.
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Los académicos ya hayan tomado sus decisiones, pero en CINEMANÍA seguimos buscando razones por las que las nueve candidatas de este año en la categoría de mejor película de los Oscar no merecen llevarse la preciada estatuilla. Después de encontrar motivos para que no ganen favoritas como The Artist o Los descendientes, alguna inexplicablemente nominada como Tan fuerte, tan cerca, la peli arty (Midnight In Paris) o la deportiva (Moneyball), hoy le toca el turno a Criadas y señoras, la adaptación del bestseller de Kathryn Stockett que parte con cuatro nominaciones (película, actriz protagonista y dos en actriz de reparto) y ya tuvo el favor del público.
1. De lágrima fácil
¿O diréis que no llorasteis cada vez que aparecía la viejísima y buena de Constantine (Cicely Tyson) en pantalla? ¿O cada vez que Viola Davis hablaba de su hijo? ¿O cuando el salón de Aibeleen se llena de otras criadas negras dispuestas a contar su historia? ¿O casi llorar de la risa con cualquiera de los momentos protagonizados por Minny (Octavia Spencer)? Criadas y señoras funciona como una perfecta arma industrial que te hace llorar cuando tienes que llorar (dedo en el ojo mediante) o te hace reír cuando debes reír. Al terminar te sientes tan manipulado y manoseado como un tomate del Carrefour.
2. ¿Hace falta premiar la taquilla?
El sleeper del año: 25 millones de presupuesto (bajo para una producción tan Hollywood) y más de 200 millones de dólares de taquilla en todo el mundo. Fue número uno varias semanas seguidas en EE UU. La gran dama afroamericana Oprah Winfrey no se cansó de recomendarla, como ya hizo con otras dos películas nominadas y premiadas por ‘sorpresa’ (The Blinde Side y Precious). ¿El espectador siempre tiene la razón? ¿Una taquilla así para una peli menor como ésta no es ya suficiente? Porque si de taquillas hablamos, ¿por qué no esta nominada a mejor película la última entrega de Harry Potter (como hicieron con la última de El Señor de los Anillos?
3. Cubriendo cuotas
Entendiendo por película de cuota cualquiera que no tenga como protagonista a un hombre blanco y en un año de nominadas tan masculinas (Moneyball, Los descendientes, War Horse), con Criadas y señoras los señores académicos (dinosaurios blancos, según los datos de Los Angeles Times) se han quitado la culpa y el polvo carca de encima nominando a la peli de mujeres y además negras. Todo de una sola vez. Y con nominarla (en la categoría de mejor película, más que justificadas están las nominaciones para sus actrices) ya deberían darla por premiada, bastante lejos ha llegado ya.
4. Ya nos comimos los Tomates verdes fritos
Guilty pleasure sobre relaciones interraciales, protagonizado por mujeres, con recetas de cocina. ¿De qué me suena? ¿El pollo de Minny no sabe y huele como los tomates de Idgie y Ruth en la película de Jon Avnet? Aquella en 1992 sólo tuvo dos nominaciones (Jessica Tandy y mejor guión adaptado), ni rastro de mejor película. Que una película como Criadas y señoras esté nominada en la categoría final sólo pasa desde que decidieron ampliar la lista de candidatas a nueve o 10 o las que salgan. Por eso se coló también The Blind Side en 2009, otro sleeper de cuota y con buenas intenciones.
5. Estereotipos de retrete
La chica lista pero no la más guapa que quiere cambiar el mundo, la madre que quiere cambiarla a ella, la malvada y gritona ama de casa, las que simplemente le dicen que sí a todo porque no tienen opinión, hasta la poderosa editora… judía, claro. Criadas y señoras es una película coral con un montón de arquetipos (por un lado, los reaccionarios sin corazón ni cabeza; por otro, las almas caritativas) que sólo crecen gracias a las brillantes interpretaciones de todas sus actrices. Es la lección número uno para niños de guardería sobre la segregación, el racismo, el papel de la mujer, adornada con cacas y pises y retretes… que a los niños les hace mucha gracia.
6. ¡Emma, peínate!
Skeeter (Emma Stone) es la lista de Jackson, ha estudiado en la universidad, quiere trabajar, ser periodista profesional así que como buen estereotipo pasa de las modas, la ropa bonita, las flores y, claro, de su pelo… Para demostrarnos a todos que Skeeter no tiene nada que ver con las perfectas amas de casa que son Hilly (Bryce Dallas Howard) o Elizabeth (Ahna O’Reilly), no sólo no lleva ni una gota de laca, sino que en peluquería decidieron echarle por la cabeza unos cuantos paquetes de noodles precocinados. Y tan anchos se quedaron. Así Emma Stone no les roba protagonismo a las dos grandes Viola Davis y Octavia Spencer.
Fuente Cinemanía
Via elleonylaoveja / DiarioTwilight
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