[Crónica Cannes 2012] Que empiecen las apuestas:
David Cronenberg me dio una buena despedida de Cannes. Y las quinielas para la Palma de Oro han empezado.
Por IRENE CRESPO
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Mi despedida del Palais fue mucho más gozosa que mi bienvenida (con Lawless).
Decir adiós a Cannes tras ver la fascinante y filosófica reflexión sobre el fin del capitalismo en Cosmopolis, de David Cronenberg es una buena forma de hacerlo (aunque lamento mucho haberme perdido Mud, que ya antes de proyectarse estaba en todas las quinielas).
Una adaptación del libro de Don DeLillo que el canadiense hizo en sólo seis días como dijo después en la rueda de prensa. "La novela es tan perfecta que no necesité más tiempo. En la película están los diálogos, las situaciones. Sólo algunos cambios que eran necesarios para el lenguaje del cine". DeLillo, por cierto, que también estaba en la rueda, parecía encantado con su adaptación. Aunque se empeñó en que su intención nunca fue hablar del fin del sistema actual, simplemente un día se preguntó cómo serían y qué harían esos señores que se pasan todo el día metidos en limusinas recorriendo Nueva York. Porque de eso va la película, como el contrapunto de Holy Motors de Leos Carax (NT. Pelicula que está en competencia y hasta el momento con el más alto puntaje y favorita a ganar la Palma de Oro), Robert Pattinson recorre la ciudad en su limusina y en ella va recibiendo todo tipo de compañías (muchas sexuales) encargadas de aconsejarle y darle ideas (en Holy Motors, Denis Lavant recorría la ciudad también en limusina pero salí a buscar a la gente), de evitarle pensar, como al final le obliga a hacer Paul Giamatti. Sin embargo, en todo ese viaje en busca de un corte de pelo (el fin del personaje de Pattinson) nos cruzamos con los manifestantes reclamando un final del sistema, un 15-M, un Wall Street Occupy.
Sin duda, Cosmopolis es la película más actual de la Sección Oficial. A Cronenberg le ha salido esto de casualidad y le gusta, aunque no quiera buscarle demasiadas intenciones, "para eso están los críticos", dijo. "Ahora parece que hemos rodado un documental, que no es ficción, pero el personaje de Pattinson no es un símbolo del capitalismo. Es un hombre con un pasado y una historia. Es sólo un hombre en un coche". Y, por cierto, los prejuicios sobre la elección de Pattinson para ese protagonista, se vinieron abajo, Cronenberg ha conseguido sacar lo mejor del casi ex vampiro (aún le queda la última parte por estrenar) y el papel le va encajando a la perfección según avanza la película, que se cierra con Rothko de fondo ("Por la quietud", explicó Cronenberg) y abrió con los títulos de crédito sobre Pollock (“Por el dinamismo”). Cerrando el círculo.
Fuente: CINEMANÍA
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