domingo, 17 de junio de 2012

Critica a SWATH: La bruja, el cazador y… ¿quién?



En tiempos en que los libros eran artículos de súper lujo y la capacidad de leer se reducía a unos cuantos, cuando las vías de comunicación resultaban bastante deficientes sobre todo durante los meses de invierno, cuando el inclemente clima decidía ponerse difícil e incomunicar a los inocentes seres humanos durante meses y meses… En la Europa medieval, para acabar pronto, las personas pasaban mucho tiempo alrededor del fuego contando historias.
Era una forma de entretenerse, de pasar el tiempo, pero también de pasar consejos y mensajes a las nuevas generaciones, previniéndolos de posibles peligros o malas conductas. Ese es el origen de muchos de los que ahora son nuestros cuentos de hadas; antes de que Walt Disney las cubriera de algodón de azúcar mágico y multicolor, estas historias tenían más la intención de asustar que de tranquilizar a los niños. Este es el espíritu en el que fue creada y de desarrolla la cinta de Blanca Nieves y el Cazador, la cual les advierto desde ahorita no es una película apta para los pequeños, así que llévenlos bajo su propio riesgo.

Cobijado bajo un manto de oscuridad, misterio y amenaza, este largometraje hace uso de las más modernas técnicas cinematográficas para crear un mundo tenebroso, de odios, guerras y desolación, en el que la sangre —tres gotas por cierto— brillan como un sol en la oscuridad, el entorno perfecto para contar la historia, no de Blanca Nieves, sino de Ravenna. No importa lo que diga el título este filme, la protagonista es la bruja (Charlize Theron), todo gira alrededor de ella, de su resentimiento, de su venganza y ambición.

No es, como en la historia de Disney, un ser vano que quiere ser hermosa por capricho, sino porque desde niña ha aprendido que la belleza es la única manera que tiene de sobrevivir una mujer fuerte en un mundo netamente masculino.

Satélite de esta trama principal, tenemos a Blanca Nieves, también una sobreviviente pero con menos fuerza; que conste que así está escrito el personaje, la falta de aptitud histriónica de Kristen Stewart no le restó gran cosa, podría haberla interpretado cualquiera — hasta la vaca Clara Bella — y el resultado hubiera sido el mismo.

Lo bueno y refrescante de esta Blanca Nieves es ver a una heroína más —uniéndose a Katniss Everdeen de Los Juegos del Hambre y Merida de la cinta Valiente de Disney-Pixar— que no necesita a nadie para que la rescate, que es capaz de salvarse sola y de incitar a otros para que se revelen ante la injusticia. Lo malo es que, siguiendo el juego planteado en Crepúsculo, la protagonista vuelve a estar atrapada entre dos amores, ¿el noble o el cazador? lo que seguramente provocará que las adolescentes, otra vez, se dividan en dos equipos. ¡Viva la mercadotecnia!

El cazador, nada menos que nuestro Thor favorito, Chris Hemsworth, también se gana el lugar que le dieron en el título de esta cinta, pues está interpretado maravillosamente, no es el galán que todas las puede, es un hombre normal, atormentado por la pérdida de su esposa y atrapado en el vicio del alcohol; pero que es capaz de levantarse y pelear por lo que cree justo, aunque en ello le vaya la vida.

¡Ah! Pero no porque los hayan dejado fuera del nombre de este film vayan a creer que los enanos están ausentes del cuento, no son unos personajes adorables como en la caricatura, pero sí importantes para que todo se resuelva.

La magia del cine hace posible la magia de esta historia, hace mucho que no me tocaba ver una cinta en la que todos los elementos encajaban perfectamente para crear una obra que vale la pena ver: la historia está muy bien contada a través de un guión que renovó de manera excelente una historia por demás conocida, la fotografía es estupenda y, junto con los efectos especiales y visuales, apoyados por una musicalización y efectos de sonido que dieron en el clavo; logran transportar al espectador a un mundo mágico de claro-oscuros que parece de verdad.

Les recomiendo ampliamente que se den la oportunidad de disfrutar de esta película en la que la magia, blanca y negra, está presente en todo momento, lo que asegura pasar un buen rato durante la proyección y otro, igual de bueno, en la plática de sobremesa con familia y amigos.

Fuente: lja / Vía: DiarioTwilight

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