Ciudad de México.- La facilidad con la que las princesas de los cuentos
de hadas consiguen sus objetivos y llegan al final feliz nunca tuvo una
conexión con Kristen Stewart cuando era pequeña.
Sin embargo, eso no fue lo que se encontró al leer el guión de la cinta
'Blancanieves y el Cazador', por lo que decidió protagonizarla, ya que
su personaje era mucho más humano y se enfrentaba a diferentes retos.
"Al principio, no pensé que 'Blancanieves' haría eso (enfrentarse a
problemas). Pensé que iba a ser todo muy fácil, pero, cuando vi el guión
y hablé por primera vez con el director (Rupert Sanders), supe que iba a
hacerlo difícil para mí y tomé esa oportunidad.
"Blancanieves no es la abnegación completa. Hay un camino que sigue
para convertirse en quien es, no es así de fácil", dijo la actriz, de 22
años, en entrevista durante su visita a México para promover la
película, que hoy se estrena en el País.
Pero interpretar a un personaje líder y luchador, aseguró Stewart, ya
lo había experimentado con 'Bella', en la saga 'Crepúsculo', a la cual
también considera una guerrera.
"Creo que ambas tienen que atravesar por un arduo proceso, y, al final,
las cosas no salen como ellas lo esperaban. Son las líderes de sus
historias. Al principio, están guiando el camino, pero nadie lo sabe.
Nadie lo puede negar", agregó.
La historia de 'Blancanieves y el Cazador', basada en el clásico de los
hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, retrata una travesía mucho más oscura
del cuento infantil que la damisela debe atravesar para recuperar su
reino, el cual le fue arrebatado por la malvada y bella Reina Ravenna,
encarnada por Charlize Theron.
Para conseguirlo, cuenta con la ayuda del Cazador, a quien da vida
Chris Hemsworth, y con la de su gran amigo de la infancia, William,
interpretado por Sam Claflin, quien realmente se sintió en un cuento de
hadas por trabajar al lado de actores que considera sus héroes.
"Creo que fue muy intimidante por mis expectativas sobre estas
personas, de estas estrellas de Hollywood. No creí que alguna vez los
vería o hablaría con ellos en el set.
"Esperaba sentirme siempre intimidado, pero te das cuenta de que son
personas normales, que no son superhéroes. Está padre conocerlos. Sí
tuve estos momentos donde decía: 'Me tengo que pellizcar para creer'",
afirmó Claflin.
Y aunque la mayoría de las cosas fluyó en el rodaje de la película, que
contó con una producción de 70 millones y locaciones en Londres,
Stewart señaló que lo más difícil fue filmar una batalla campal que
inicia con un discurso, pues éste tenía que ser muy emotivo.
"El último tercio de la película se convierte como en una guerra e
inicia con un conmovedor discurso. Estaba muy nerviosa por la escena. La
poníamos en el horario de todos los días.
"Se suponía que debíamos haberlo hecho (el discurso) dos semanas antes,
pero lo reescribíamos, lo desechábamos, lo volvíamos a escribir,
acomodábamos el calendario una y otra vez", explicó la protagonista.
Fuente Terra
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