lunes, 3 de septiembre de 2012

Te explicamos por qué les gusta '50 sombras de Grey' (y proponemos el cast cinematográfico ideal)

Nos metemos en las turbulentas aguas del porno para mamás. Así no tienes que hacerlo por ti mismo.

 Cuarenta millones de copias vendidas en todo el mundo, Hollywood en guerra civil por adaptarla y una autora de fanfictions tan afortunada que podría comprar los terrenos de una democracia joven para construirse allí un spa. He aquí 'Cincuenta sombras de Grey', primera entrega en una trilogía de best-sellers que, para no andarnos con rodeos, está poniendo increíblemente cachondas a cuarentañeras de 37 países mientras tú acabas de leer esta frase. ¿Pensabas que J.K. Rowling era la autora viva más vendida? Bueno, datos que publicó Amazon en agosto afirman que tendría que matar a su compatriota E.L. James para recuperar ese puesto.

Está bien, remontémonos a los orígenes remotos para intentar entender esto: en 1897, Bram Stoker se adelantó a las críticas de los lectores más mojigatos al convertir al protagonista de su novela, el conde Drácula, en una fuerza sexual todopoderosa y subyugante, un Mal absoluto abriéndose paso por la Inglaterra victoriana y temerosa de Dios, obligando al resto de personajes a entregarse (contra su voluntad) a actos impuros. Cristalización de las fantasías de poder y dominación que la sociedad de su época solía esconder en el armario, Drácula no sólo le dio una coartada moral a su autor, sino que prefiguró la idea del vampiro como fantasía sexual oscura. A partir de entonces, las historias sobre vampiros solían repetir el esquema stokeriano de elemento dionisiaco que alteraba el orden de una sociedad apolínea, por no hablar de que el arquetipo de Drácula en nuestro inconsciente colectivo siempre suele ir asociado a una mujer con el camisón abierto, heridas en el cuello y la inconfundible marca del deseo en el rostro.


Hasta que llegó 'Crepúsculo'. Stephenie Meyer acuñó algo que podríamos bautizar como el Neovampiro, un giro de 180 grados al arquetipo que, en lugar de personificar la fuerza arrolladora de los impulsos primarios, aboga por el autocontrol. Chicas, nada de sexo hasta el matrimonio, cuando por fin podréis entregaros a él y descubrir la única cosa para la que, al parecer, sirve: procrear. Las novelas de Meyer no eran precisamente vitaminas para el imaginario lúbrico de las quinceañeras, pero quizá eso fue lo que convirtió a Edward Cullen en un icono tan poderoso (el sabor de lo prohibido...). Y eso fue también lo que inspiró cientos y cientos de fanfictions que daban rienda suelta a toda esa pulsión sexual no consumada que bullía en el subtexto de la saga.

Uno de esos relatos escritos por fans, 'Master of the Universe', era tan explícito que su autora, Snowqueen's Icedragon (os juramos que ese era su nick), fue obligada a retirarlo de varias páginas especializadas. Pero no había problema: ya tenía habilitada su propia web, donde realizó algunos pequeños cambios en los personajes y la trama, utilizó otro seudónimo más comercial (E.L. James) y, tras firmar un contrato con una editorial, borró todo el contenido. La trilogía de Grey nació, pues, al calor del Neovampiro de la saga 'Crepúsculo': en un primer momento, eran Edward y Bella los que disfrutaban de sesiones de sadomaso en el despacho (y en el avión privado, y en el piano, y en...). James convirtió a sus protagonistas en Christian Grey y Anna Steele, pero la semilla siempre estará allí.

'Cincuenta sombras de Grey', bautizada como "porno para mamás" por su éxito entre las lectoras de más de 35 años, es la mutación del virus Corín Tellado para unos tiempos de profunda desigualdad social, en los que la idea de someterse a los deseos de un joven viril y millonario es, al mismo tiempo, repugnante y cautivadora. La protagonista puede parecer una víctima sin dignidad, pero E.L. James (como Stephenie Meyer antes que ella) también está escribiendo en código unas políticas sexuales muy complejas: es ella la que decide someterse, al igual que era Bella la que decidía quedarse con el muerto mojigato (Edward) en lugar de zumbarse al musculitos (Jacob).

Por su parte, el atractivo de Grey está claro, y podríamos resumirlo como una versión masculina de la femme fatale. De hecho, es Drácula por otros medios: sigue siendo ese extraño irresistible y dionisiaco ante el que la voluntad de una mujer indefensa poco puede hacer. Incluso tiene una cámara subterránea, sólo que esta vez está llena de látigos y consoladores. Pobre Edward Cullen: su manifiesto a favor de la abstinencia no caló. A las lectoras de novelas de consumo les sigue yendo la marcha.

Y ahora...


El cast ideal de '50 sombras de Grey'

 -Nuestras cinco propuestas para interpretar a Christian Grey en el cine

 1. Ryan Gosling


PRO: Cualquier chica que haya visto la secuencia del ascensor de 'Drive' sabe que la agresividad de este tío le pone. Quizá no lo admita, pero lo sabe. De ahí a imaginárselo con el látigo sólo hay un paso. Gosling es tan ridículamente perfecto que dan ganas de que sufra un horrible accidente, pero tiene un punto perverso en la mirada que le iría muy bien al personaje.

CON: Estamos hablando de un hombre que (a) es considerado más mono que un perrito por ciertos sectores de Internet, y (b) está en la lista de los directores más importantes del momento. Es poco probable que apueste por un proyecto que pueda dañar su imagen de yerno perfecto y que, bueno, se inscriba directamente en la categoría del trash con ínfulas.

 2. Matt Bomer

PRO: Una de las revelaciones de 'Magic Mike', esa película de Steven Soderbergh que no nos llegará hasta octubre, Bomer ha demostrado que no le tiene miedo a los desnudos parciales-casi-frontales. Tiene un indiscutible aire preppy y la gente ya está haciendo montajes con la noticia de su fichaje, lo que significa que realmente lo quieren como Grey.

CON: No es una gran estrella. De hecho, antes de 'Magic Mike', su único papel de peso en la gran pantalla fue en un fracaso comercial como 'In Time'. En Estados Unidos es bastante conocido por apariciones en series que no han triunfado demasiado en el resto del mundo. Es posible que los productores (Michael de Luca y Dana Brunetti, de 'La Red Social') quieran un nombre, no sólo una cara.

 3. Alexander Skarsgård

PRO: ¿Os acordáis de lo que decíamos del vampiro como icono sexual absoluto? Pues él lleva años haciéndolo en 'True Blood', la serie que se encargó de darle salida a todos esos polvos que Edward Cullen dejaba pasar. El actor incluso ha declarado que ha "nacido para interpretar ese papel", añadiendo que no se puede resistir al tipo que tiene una habitación de la casa dedicada al sado.

CON: Es posible que a Skarsgård (o a su agente) no le haga demasiada gracia encasillarse en el papel de macho dominante y sexualmente activo, o que sus compromisos con 'True Blood' no le dejen hueco para asumir el rodaje de una película. ¿No sería genial que llamaran a su padre, Stellan Skarsgård, para sustituirlo durante una temporada? No, quizá no.

 4. Wes Bentley

PRO: ¡Ey, es el chico raro que grababa aquella bolsa en 'American Beauty'! No os preocupéis por él, porque tras años manteniéndose muy por debajo del radar, Bentley ha vuelto. Y con un éxito internacional del tamaño de 'Los Juegos del Hambre'. Su nombre vuelve a sonar en Hollywood, así que es probable que no quiera dejar pasar la oportunidad de sumarse a otra adaptación multimillonaria de un éxito literario.

CON: Sus detractores afirman que hay una buena razón para que el bueno de Wes desapareciera como desapareció tras 'American Beauty': por utilizar un eufemismo amable, al tipo le cuesta actuar. Las entusiastas de la novela no van a aceptar a un Grey que esté un ápice por debajo de sus fantasías: si no puede azotar de manera totalmente convincente, no hay trato.

 5. Ian Somerhalder


PRO: Otro veterano de los papeles de chupasangre, aunque 'Crónicas vampíricas' está más cerca de la diversión para toda la familia que de la desfachatez de 'True Blood'. Al igual que Skarsgård, el llorado Boone de 'Perdidos' ha expresado públicamente su interés por el papel. ¿Millonario joven atractivo y capacitado para la hacer diabluras de las que no le habla a su madre? Tenemos que reconocer que da el tipo.

CON: Su serie tampoco ha acabado todavía, así que puede que surjan problemas de agenda. Es uno de los nombres que ha barajado Bret Easton Ellis, que se ofreció a escribir el guión sin que nadie se lo pidiese. Precisamente por eso (y por la rabia que le da a todo el mundo en Hollywood su papel de mesías autoproclamado del cine contemporáneo), es posible que Somerhalder se quede lejos de la línea de meta. 

 -Nuestras cinco propuestas para interpretar a Anna Steele en el cine

 1. Emma Watson


PRO: Si la cosa va de perversiones, contemplar a una actriz a la que hemos visto crecer con mordaza y lencería sería la Capilla Sixtina del asunto. Tras graduarse en Hoghwarts y someterse a la tortura de rodar con Sofia Coppola, creemos que Emma Watson está preparada para este papel. Es prácticamente magia.

CON: Tenemos entendido que, tras aparecer en una de las sagas más colosales de la historia, a Emma Watson no le interesa seguir en esto por la fama y el dinero, sino por el prestigio. Puede que todos se estén dando tortas por conseguir salir en esta película, pero está claro que no es un proyecto de prestigio. Además, aún no estamos seguros de si sabe disimular su acento británico.

 2. Amanda Seyfried


PRO: Servidor aún sigue recomponiéndose después que esta actriz le preguntara, en un junket de hace unos meses, si el vestido que llevaba le hacía las tetas muy grandes. No hay que haber vivido una experiencia cercana a la muerte como esta para darse cuenta de que Amanda Seyfried puede combinar la inocencia con la guarrerida española: basta con verla en 'Chloe' o, dentro de poco tiempo, en el biopic de Linda Lovelace.

CON: Y es posible que ese sea precisamente el problema. Después de interpretar a una estrella del porno, entenderíamos que la actriz no quisiera repetirse. Además, se encuentra en un punto de su carrera en el que puede permitirse aspirar a más. Aspirar, de hecho, al Oscar, aunque (como demuestra 'Sin rastro') se empeñe en hacer el tipo de películas que Halle Berry y Hilary Swank empezaron a hacer después de ganarlo.

 3. Emma Roberts


PRO: La sobrina de Julia ha declarado estar encantada con la idea, aunque habrá que ver si su agente y la productora están dispuestos a convertir a una antigua estrella tween en... bueno, en la protagonista de Cincuenta sombras de Grey. Sin embargo, los últimos papeles de Emma parecen buscar una cierta distancia con esa imagen de vecina perfecta y unas ganas locas de apuntarse a un bombardeo.

CON: La edad podría ser un problema (es la más joven de las candidatas, aunque también la que más cerca está de Anna en la novela). Luego está el tema de que, según ha confesado, no ha leído ni una línea de las saga. Si lo hace, es posible que encuentre elementos disuasorios por aquí y por allá. Y no estamos hablando solamente de la prosa de E.L. James.

 4. Emily Browning


PRO: Esa cara de muñeca de porcelana a punto de romperse le dio muy buenos resultados en 'Sucker Punch'. ¿Por qué no volver a sacarle rentabilidad? Es mejor actriz que muchas de sus competidoras y, como ya demostró en la inédita en España 'Sleeping Beauty', no tiene miedo a desnudarse en pantalla.

CON: Puede que considere que ya se ha desnudado en pantalla lo suficiente, porque en 'Sleeping Beauty' no llevaba un vestuario muy complicado. Emily tampoco puede interpretar a una chica normal y corriente, ni siquiera a lo que las agencias de cásting entienden por una chica normal y corriente. Su belleza es mucho más extraña.

 5. Snooki


PRO: ¿Por qué no asumir que estamos hablando de cultura basura y meternos de cabeza en ella? ¿Por qué no darle una oportunidad a esta celebridad del programa 'Jersey Shore'? ¿Por qué intentar disimular con un aire de prestigio lo que es, esencialmente, softcore para sacar el dinero a mujeres de mediana edad con capacidad adquisitiva? Desde aquí, apostamos por Snooki. Apostamos por las risas.

CON: Es Snooki.

Fuente RevistaGQ

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